Diez Cipreces

La misión de todo ser humano es entregar Luz, de amarse y amar, respetar la vida y ascender.

diciembre 14, 2006

Por que merezco quedarme en el bote?

Fue la pregunta que mas me ha costado contestar en la vida… simplemente creo yo porque las ganas de vivir son instintivas y como animales tenemos esas ganas incorporadas en nuestras almas.

El día 10 de diciembre 2006, partíamos desde Morro de Sao Paulo en la isla de Tinhare hacia Salvador en el estado de Bahía, Brasil. Llegamos al muelle una hora antes del zarpe del catamarán que nos llevaría a nuestro destino final de Luna de Miel. Durante la nerviosa espera surgieron chistes y tallas con respecto a tomar la alternativa de transporte, un taxi aéreo, pero dado a que habíamos previsto los efectos secundarios de navegar, nos aperamos de pastillas para las nauseas… las ingerimos casi 30 minutos antes de embarcarnos… Era domingo y la demanda por el uso de catamarán de regreso a la ciudad era grande, avanzamos hacia la nave pero esta se lleno inmediatamente,,, nos quedo la posibilidad de embarcarnos en el segundo catamarán.
Supuestamente partiríamos a las 16>30 hrs. pero dada la gran demanda y los fuertes vientos zarpamos recién a las 17:30 horas, sino eran las 18 hrs.

Mientras navegábamos nos sentíamos gallitos con nuestras providencias, no nos mareábamos, y realmente estábamos disfrutando del espectáculo de navegar… varios íbamos gritando como si fuésemos bajando por una montana rusa al capear cada ola… estas cada ves se tornaban mas agresivas para con la embarcación.
De repente nos dimos cuenta de lo mal que lo estaban pasando varios de los pasajeros, presos de las nauseas devolvían sus miedos en las bolsas dispuestas en las manilla de cada una de las 130 sillas.

Llevando una hora y media mas o menos de travesía notamos que varios de los pasajeros del lado derecho del catamarán en una reacción mas que histérica tomaron cada uno un chaleco salvavidas… nosotros extranjeros no lográbamos entender el por que de su actitud. Llevábamos algo así como una semana en Brasil y nos parecía un pueblo bastante exagerado en todo sentido. Cada uno agarro su chaleco salvavidas y se lo puso, con mi marido nos mirábamos con expectación sin entender los gritos de desesperación de los bahianos. De pronto sentí que el aire acondicionado había dejado de funcionar… el barco venia navegando a menor velocidad y se había escorado hacia el lado derecho, un gran numero de pasajeros de pie se situaron en el pasillo del lado izquierdo para contrapesar la embarcación, vi a una mujer haciéndole reiki a una chica mas joven… decidí mandarle reiki al resto de los que estábamos en la cabina. En eso se apagaron las luces y en medio de la oscuridad se escuchaba un fuerte padre nuestro en portugués y luego un ave María. Yo seguía sin creer en lo peor. En un cerrar y abrir de ojos se prenden las luces y logro apreciar una masa de gente huyendo despavorida para lanzarse al mar… mi marido me toma de la mano y me dice hay que arrancar, estamos naufragando! Salgo a la popa y veo la imagen dantesca de gente gritando con terror en el agua y miles de sandalias flotando en el mar,… una gran ola entra en el catamarán… entre tanto miedo, confusión, al tratar de amarrarme el chaleco salvavidas, me doy cuenta que me lo habían arrebatado sin percatarme, ahí temí por mi vida, mi esposo quiso cederme el suyo pero me rehusé pues confío en mis habilidades para nadar. Tomo el picaron salvavidas del barco y me apronto a lanzarme al mar, caigo fuerte sobre una de las lanchas de la embarcación y mi esposo detrás mío también… flotamos en medio de la confusión por eternos minutos hasta que nos reencontramos y decidimos alejarnos del barco para evitar que este nos succionara hacia el fondo. En eso nos unimos a una de las balsas, nos sostuvimos de las cuerdas de estas. Habían unas 6 chicas y un extranjero mas pataleando por nuestras vidas en la misma balsa.
Paso un tiempo mas y mas tranquilos mi mente me dice que debíamos tener paciencia pues el rescate se iniciaría solo al amanecer, pues en la oscuridad no había certeza de rescate. Luego un dolor agudo proveniente de mi pie me avisa que mi cuerpo estaba siendo mordido por minúsculos organismos marinos… el terror nuevamente se apodero de mi mente, las aguas del atlántico con su calidez albergan todo tipo de animales desconocidos para nosotros los habitantes de mares australes. Las olas insistían en hundirme y penetrar mi boca… la oscuridad no permitía advertir la llegada de cada una de ellas, el frío se apoderaba de mis extremidades y las aguas vivas continuaban su festín con nuestros cuerpos.
Entre tanto mi amado me hablaba incesantemente de nuestras proyecciones, de nuestros deseos de traer hijos al mundo y me suplicaba que no me soltara por nada de la balsa.
En eso miro al firmamento y aprecio una noche estrellada de ensueño, podía distinguir las nubes de Magallanes sobre nosotros y nítidas… veía las pléyades y tantos cuerpos celestes sobre nuestras cabezas, al parecer todos ellos resguardándonos de la muerte.

Luego de buscar sobre el agua la Luz de la salvación veo una lancha de la marina acercándose… el mar se puso mas crespo y con horror vi que la capacidad de la lancha estaba al limite… y pensé con pesimismo que no entraríamos todos en esa nave… y el llanto de injusticia invadió mis ojos cansados de tanta sal… la lancha lanzaba un salvavidas con linterna a los náufragos y cada ves que se acercaba con mucho miedo me veía aplastada por el resto de las victimas que con desesperación anhelaban ser rescatados. Entre en pánico una ves mas, y muy despacio escuchaba a mi alma gemela como trataba de calmarme, de quitarme el miedo y alentándome a permanecer aferrada a la balsa… de pronto de la misma manera en que perdí el chaleco salvavidas me fue arrebatado el flotador que sostenía con uno de mis brazos acalambrados. En medio de la oscuridad aparece un segundo catamarán en el rescate y se nos acerca… escuchábamos aun hombre gritar desde la oscuridad que tenia niños a su cargo y que necesitaba ser rescatado a la brevedad, los niños estaban fríos y en estado de shock. Cuando le lanzan una balsa de rescate, un par de mujeres jóvenes se abalanzan a esta en un acto desesperado por salir del agua bajo cualquier medio… rescataron al hombre y sus niños y luego a las muchachas… el mar se enojaba cada ves mas y las olas nos empujaban por debajo del catamarán de rescate desatando el miedo mas grande en nosotros de quedar bajo la embarcación y de riesgo de golpe fuerte en nuestras cabezas… creo que quedábamos mi esposo otro hombre viejo y yo en ese sector aun flotando para sobrevivir cuando aparece un hombre de la armada y mi esposo le dice que su mujer esta sin salvavidas,… el hombre me toma de la cintura me lleva hasta la escalera del catamarán y me ayuda a subir con terror, frío y calambres saco fuerzas extra para trepar los 6 o 7 peldaños hasta la salvación y caigo desplomada en la popa del catamarán, un hombre dulce de unos 60 anos me abraza y me dirige hacia la cabina a sentarme… cuando recupero algo de mi conciencia salgo corriendo hacia fuera buscando a mi amor y el venia entrando a la cabina, nos abrazamos y lloramos.. lloramos y lloramos y nos besábamos de alegría y amor.

Lilypie Expecting a baby Ticker